SOLO QUERIA SU SEXO.
Fue una dulce mirada la que encendió mi pasión.
Desde el primer momento quería dominarlo.
Me acerqué a conocerle, no quería andar con rodeos.
Me gustaba que el ambiente se caldeara por momentos.
Fue una presa fácil, sólo fue otro más.
Esperar su vuelta fue sencillo de aguantar.
Su pobre mujer no provocó mi compasión.
Satisfacer mi instinto era mi preocupación.
Sólo quería su sexo, no quería su amor.
Sólo quería su sexo, no quería su amor.
Después del primer encuentro, él se confundió.
Quería mucho más que una relación sin control.
Sólo fue un juego, y él no lo entendió.
Pocas palabras y mucho sexo, fue el recuerdo que nos quedó.
No me asustaron sus amenazas, somos adultos, le dije yo.
Lo que hiciera con su vida no me importaba lo más mínimo.
Perdió su mujer, su hacienda y su vida por no tener control.
Yo no tuve la culpa de que no supiera decir que no.
Sólo quería su sexo, no quería su amor.
Sólo quería su sexo, no quería su amor.
De nuevo el complejo mundo de las relaciones entre las personas. Por un lado, quien quiere más de lo que tiene, por otro, quien sólo pretende divertirse durante un rato. A veces es bastante complejo compatibilizar determinados intereses.
