NUNCA ACABARA.
Es el viejo anhelo que siempre aguardé.
Es ese mensaje que siempre esperé.
Pero que siempre se resistió a llegar.
Basta ya de paciencia, basta ya de esperar.
Aguardando en la estación, mirando al horizonte.
Donde se juntan las vías, esperando ese tren.
Cuantos buenos ratos hay en la maleta.
Cuantos recuerdos recorren tu mente y gritas…
Sí, nunca acabará la fiesta de esta noche.
Nunca acabará la fiesta de esta noche.
Nunca acabará esta fiesta.
Ha merecido la pena y siempre la merecerá.
Tener a gente que siempre te esperará.
Cuando las luces se apagan, ya se encenderán.
Todo es como una playa acariciada por un mar.
El futuro ya está aquí, ya ha echado a andar.
Con paso firme se tiene que levantar.
Alegre mirada difícil de frenar.
Amplias conquistas han empezado a esperar y gritas…
Sí, nunca acabará la fiesta de esta noche.
Nunca acabará la fiesta de esta noche.
Nunca acabará esta fiesta.
En este tema se nos trata el asunto de la alegría de vivir propiamente dicha, entendida esta como una fiesta que nunca acabará. Liberados de todas nuestras ataduras, de todos nuestros prejuicios, pletóricos de libertad no nos queda más que disfrutar de todo lo bueno que nos rodea. La fiesta que nunca debe acabar es la de nuestra propia vida, la de nuestra propia existencia, y en su defecto, lo que nunca debe desaparecer es nuestro recuerdo.
