LIBERTAD, DIVINO TESORO.
No hay nada como respira libertad.
Ninguna sensación se puede aproximar.
Librarse de ataduras y romper las cadenas.
Abrir nuevas puertas merece la pena.
Que nadie te imponga nada.
Nadie haga nada por ti.
Nadie haya en tu camino.
Nadie te obligue a decidir.
Cual será tu destino.
A dónde quieres ir.
Cuales serán tus metas.
Que nadie piense por ti.
La ignorancia es de lo peor que hay.
La vagancia te impide levantarte.
Hay que echar a andar, empezar a navegar.
Fuera malos augurios, fuera malestar.
Que nadie te imponga nada…
Haciendo uso de uno de los versos más conocidos de Rubén Darío, al igual que la juventud, la libertad es uno de los tesoros más preciados con los que contamos, que esperamos que nunca se nos vaya para nunca tenerla que echar de menos.
