EL AGUJERO Y EL CIGARRILLO.

Has vuelto a intentar sacar agua de donde no hay.
De las entrañas del abismo, te han vencido una vez más.
Renunciaste a la quemadura que te hizo aquel cigarrillo.
Al fin y al cabo conseguiste parcialmente tu objetivo.

Otra vez ese escalofrío te ha vuelto a sacudir.
Ese que es capaz de desencadenar el sudor frío.
El que indica que está sucediendo algo importante.

Y ahora aquí sentado en un extraño sillón.
Esperando sin esperanzas que te rompan el corazón.
Te dejas poseer y acariciar otra vez.
Por aquellos falsos recuerdos que ensuciaron tu niñez.

Todo esto ocurre gracias a aquel día.
En el que decidiste conquistar aquel duro corazón.
Por fin conseguiste hacer de los espejos unos buenos amigos.
Y ahora te dejas poseer por esos grandiosos recuerdos.

Otra vez ese escalofrío te ha vuelto a sacudir.
Ese que es capaz de desencadenar el sudor frío.
El que indica que está sucediendo algo importante.

Déjame sólo quiero volver a descansar.
Mientras el alma se rompe como si fuera porcelana.
Cuantos quisieran poder conocer
A aquel que sembró el mundo de pobres corazones.